Ilustrador psicodélico por naturaleza y escritor de cómics por vocación. A los 18 años decidí abandonar un pueblo que, con mi mirada un poco más madura, es hermoso para embarcarme en una odisea de aprendizaje en una tierra de salvajes oportunidades, ruidos ensordecedores, olores pestilentes, amenazas circundantes y aullidos paralizantes: Guadalajara. Desde que me establecí aquí, ni las instituciones pretenciosas ni los mentores venerables han obstaculizado mi educación artística. Aprendí a la fuerza que si se quiere hacer algo no se debe esperar a que alguien lo resuelva, se hace y se regala. Con justa razón desprecio profundamente la mediocridad a la hora de desarrollar expresiones artísticas, es por eso que me exijo cada día más, veo al artista que fui ayer como el principal retador a superar. Creo profundamente que el valor de la comunidad es superior al del individuo. En resumidas cuentas, creo que algo de lo que se menciona en estas palabras puede generar una imagen mental de lo que represento como artista.